lateral


marzo 2004
Nº 111

home

 

Peter Wintonick
"El ruido sirve para entender la democracia"
Entrevista de Anuschka Seifert y Bruno Geller

Peter Wintonick, uno de los más importantes disidentes de la sociedad americana, trabaja como productor, director y editor de cine independiente con un fuerte compromiso social y político desde hace más que 20 años. Ha codirigido Manufacturing Consent: Noam Chomsky and the Media, el documental más exitoso de la historia de Canadá y uno de los más vistos en el mundo. Dura casi tres horas, ha sido premiado más de veinte veces, está dedicado al pensamiento político del lingüista, filósofo y escritor contemporáneo Noam Chomsky y está centrado en su crítica a los medios de comunicación en las sociedades democráticas.

¿Qué tienes en común con Noam Chomsky?
Es difícil tener cosas en común con Chomsky, pero yo las tengo. Me siento emparentado con él porque políticamente creo que su análisis está cerca de los anarquistas, de los anarcosindicalistas, parecido a lo que había aquí antes de la guerra civil, una manera de noción descentralizante de la democracia. Esto siempre existió en la historia, se manifestó aquí y en muchos pequeños sitios del mundo. Así que las ideas de Chomsky sobre la democracia real, sobre la democracia directa, son las razones por las cuales me gustan sus análisis, pero realmente porque es un intelectual responsable. Nuestra responsabilidad como hacedores de los medios de comunicación es enseñar esta responsabilidad, no sólo crear comida vacía de cámara, postre para la gente, sino películas que te hagan pensar. Tenemos que trabajar como activistas sociales.

¿Por qué este documental ha sido tan exitoso en todo el mundo?
Porque muchas personas tienen una gran desconfianza ante los medios de comunicación de que no nos cuentan siempre la verdad. Hay un escepticismo general por parte del público promedio. Según la teoría de Chomsky, los grupos responsables de tomar decisiones (decisionsmakers) son el blanco de los medios de comunicación que establecen la agenda para defender los intereses de los poderosos y de la clase alta. Y ellos piensan todos de la misma manera, piensan que necesitamos este tipo de maquinarias de propaganda. Así que es la gente común la que está muy escéptica. La gente que se encuentra en los escalones más altos de la sociedad prefiere no cuestionarse a sí misma o los resultados de sus prácticas en los negocios y de su práctica ética, porque si empiezan a cuestionarse, creo que se suicidarían.

¿Cuándo descubriste el documental?
Creo que realicé mi primer film cuando era un niño pequeño. Mi padre trabajaba en la fuerza aérea canadiense y viajaba mucho durante la crisis de misiles de Cuba, cuando los rusos mandaban los misiles a Cuba y América estaba amenazada. La fuerza aérea de Canadá y de Estados Unidos patrullaba la costa atlántica buscando submarinos rusos y mi padre viajaba mucho y tenía una cámara. Traía de vuelta imágenes de los sitios donde había estado y me daba la cámara. Mi primer pequeño plano era el de mi hermana pescando. Después, cuando era un pequeño niño de cuatro o cinco años, decidí hacer mi primer film sobre mi barrio y las grandes casas de mis vecinos. Es que el profesor quería una composición por escrito y, dado que tenía la cámara, salí con ella y elaboré una pequeña película, porque soy vago, todavía soy vago.

¿Qué piensas de la reciente producción de documentales en España?
Es la cuarta vez que vengo a España y sé que los documentales españoles y catalanes están siendo altamente vistos en otros sitios del mundo. Trabajo en Amsterdam en el Festival del Documental (IDFA) y allí se encuentran proyectos españoles. También los DOC's de Barcelona permiten una transmisión de esta energía.

¿Cómo los financias y dónde exhibes los documentales?
Creo que somos demasiado dependientes de los sistemas y las formas de financiación de las películas. Lo fantástico es que las nuevas tecnologías y la nueva miniaturización de las cámaras y del montaje se están volviendo muy baratas, se puede traducir en la frase "hágalo usted mismo" y aparecer en "los encuentros éticos" donde tú puedes ser un cineasta con un equipo entero por muy poco dinero y al mismo tiempo ser capaz de romper con la relación de esclavo y amo que impone la televisión, y así poder encontrar un "sistema-virus" para diseminar, difundir y distribuir a través de manera alternativa documentales y DVD-noticieros a través de los cines de casas de cultura, por medio de redes paralelas. El próximo año van a estar listos en toda Europa 450 cines que van a distribuir y exhibir justamente esto: documentales y DVD-noticieros. Esto es un gran avance y hay señales de esperanza en todos los sitios.

¿Piensas que Internet es el medio para distribuir este tipo de películas?
Creo que Internet es como la librería más larga del mundo, es como una visión utópica de la librería en Alejandría o en Egipto o de las pirámides babilónicas donde tienes toda la información. Es el archivo más grande, además de la fuente más rica de producción que podamos tener en términos de herramientas de investigación y de distribución. El ciudadano común tiene derecho de comunicar su visión de la vida, tiene el derecho a estar comunicado, de autoconsumir otro tipo de imágenes. Hay gente que saca provecho de la tecnología y crea una forma de ruido, un ruido visual, y una agitación que sirve para entender la democracia.

¿A qué se debe el éxito de Bowling for Columbine de Michael Moore?
Bowling for Columbine tiene tanto éxito por la misma razón que Manufacturing Consent, porque aborda un nervio, un escepticismo nervioso, utiliza el humor y ofrece conocimientos que sabemos pero que nunca fueron articulados, además combina los elementos de lucha por los derechos de los que no tienen voz, como lo hizo Michael Moore, de una manera documental y de entretenimiento. He dado la vuelta al mundo y esta película se vio en los Cineplex y Múltiplex, en cualquier ciudad, desde Capetown hasta Barcelona y desde Copenague hasta Bombay. Es un documental económico, cuyo muy buen marketing costó muchísimo. De esta forma, incluso las tendencias dominantes empiezan a creer en algo que han permitido: que voces marginadas sean escuchadas. Los medios dominantes piensan que pueden hacer dinero dejando a Michael Moore haciendo el dinero.