
|

septiembre
2004
Nº 117

home
|
Daniele Incalcaterra: Fábrica
sin patrón
Entrevista de ANUSCHKA SEIFERT y BRUNO GELLER
Daniele Incalcaterra es un realizador italiano comprometido
con diversos problemas que atraviesan la realidad argentina. Ha vivido
en Argentina en varias ocasiones y en Rusia, y ha filmado documentales
en diferentes países. Recientemente ha terminado de filmar FASINPAT
(Fábrica sin patrón), un documental en el que relata la
historia de la fábrica Zanon, apropiada por sus trabajadores, que
rechazaron la idea de ser despedidos durante la crisis argentina. Han
logrado no sólo sacar adelante la fábrica, sino que además
crearon nuevos puestos de trabajo y llegaron a ser trescientos diez trabajadores.
Un claro ejemplo de autogestión exitosa aplicada por los obreros.
Una de las tantas cualidades de este documental es que D. Incalcaterra
tiene el don de que los protagonistas se olviden de la cámara y
por lo tanto actúen con naturalidad.
¿Cómo llegaste a
la decisión de contar la historia de FASINPAT? ¿Qué
historia querías mostrar?
FASINPAT es una parte de un largo viaje por el interior del país
-durante los meses que precedieron a las elecciones presidenciales de
2003 en Argentina- con una camioneta, acompañado por un ingeniero
de sonido y un editor que, con una computadora portátil, premontaba
las secuencias. Una libertad de movimientos que me ayudó a escoger
las etapas para rodar la película. ¿Qué pasó?
Es la pregunta que todos nos hacemos. ¿Cómo es posible que
hayan llegado a esto? Que el "alumno modelo" del neoliberalismo
se haya transformado en la manzana podrida, el marginal sin remedio a
quien es preferible evitar.
El declinar del sistema político, la lenta pero inexorable desaparición
del Estado del territorio y los centenares de kilómetros que separan
los centros habitados entre ellos y generan una proliferación de
modos de vida experimentales. Permiten la creación de enclaves
de libertad, de zonas autónomas, anárquicas. Son zonas donde
los individuos se juntan para resolver sus problemas más inmediatos,
y al mismo tiempo crean espacios de libertad, de lucha, de nuevas ideas.
Estamos hablando de zonas que van a tener un breve periodo de vida, que
con el tiempo van a ser destruidas, pero que dejarán nuevas semillas
que se desarrollarán en otros lugares, en otros momentos.
Has hecho una serie de documentales
en Argentina y actualmente estás realizando uno acerca de los mapuches
en Neuquén. Teniendo en cuenta que eres italiano, ¿por qué
tienes una relación tan fuerte con lo que sucede en Argentina?
En el 69, cuando entré por primera vez en el puerto de Buenos Aires,
tenía quince años. Llegaba de Moscú, donde viví
los primeros cinco años de la era Brezniev. En Argentina encontré
a los generales al mando. En el 73, cuando Perón volvió
por tercera vez a la presidencia de la república, era un joven
universitario. Durante los "años de plomo" de la dictadura
militar vi desaparecer amigos. Fue con la violencia con lo que empezó
a instalarse el nuevo plan económico neoliberal.
Cuando, con el Gobierno del radical Raúl Alfonsín, empezaron
los juicios contra las juntas militares, vivía en París
y estaba realizando mi primera película. Volví a Buenos
Aires en el 92, con la necesidad de entender qué había pasado
durante los años de sangrienta dictadura. Filmé una película
sobre una joven en busca de sus padres desaparecidos, quienes gracias
al trabajo de un equipo de antropólogos forenses fueron encontrados
en una fosa común junto con otros trescientos. Mientras tanto los
responsables de las atrocidades eran puestos en libertad gracias al indulto
decretado por el presidente Menem, según el cual, la reconciliación
era necesaria para abrir la sociedad argentina a una nueva etapa.
¿De qué manera la
realización del documental FASINPAT provocó cambios en ti
como ser humano?
Dadas las grandes distancias por recorrer, el dispositivo que imaginamos
para el rodaje es una 4X4 y una móvil home, con un sistema de edición
móvil.
El equipo estuvo compuesto por un asistente, un ingeniero de sonido y
un editor que preeditaba las secuencias filmadas durante el día.
Este dispositivo ligero permitía tener una visión
de la construcción de la película, día a día,
y reaccionar rápidamente para encontrar soluciones relacionadas
con la narración.
En todo caso lo que más me impactó fue encontrar
en los obreros de Zanon lo que en muchos textos y teorías se disertó
sobre la clase obrera. Ver con mis propios ojos que la autogestión
funciona gracias al elevado grado de conciencia que existe entre los obreros,
y que todo esto no son meras teorías.
¿Cómo lograste entrar
a filmar dentro de la fábrica?
Un día llegamos a la fábrica en Neuquén, donde encontré
un obrero. Le pedí si podía filmar en el interior, él
me contestó que tenía que consultarlo con los compañeros.
Unos días después tuve el OK de los obreros. Y así
se empezó el rodaje.
¿Qué estrategias
desarrollaste para la difusión de este documental y qué
importancia política puede llegar a tener?
El documental fue presentado en distintos festivales internacionales,
y en general lo que me pasó en las proyecciones es que en Europa
se quedaron impactados por la historia de estos obreros. "¡Es
posible la autogestión en esta realidad globalizada del mercado!"
fue la reacción más destacada del público. En relación
con Argentina, como casi siempre pasa, los buenos ejemplos no son conocidos
y en general los obreros son mucho más conocidos en el extranjero
que aquí, espero que con la difusión del film, a mediados
de agosto, esto vaya cambiando.
¿De qué trata el
documental que estás haciendo sobre los mapuches y qué relación
podrías establecer entre este documental y FASINPAT?
Fundamentalmente el tema de la película sobre los mapuches es el
territorio, cómo es utilizado. Estos antiguos habitantes tienen
una relación cosmológica y de profundo respeto, el territorio
es parte esencial para el desarrollo de su cultura; ellos son parte del
territorio, no son sus dueños.
No son propietarios y aún menos pretenden tener una relación
que rompa con el equilibrio natural de las cosas, "nosotros somos
parte del territorio como cualquier otro elemento". El problema es
que la mayoría de las comunidades están asentadas en los
más ricos yacimientos de gas y petróleo del país.
Y son justamente éstos los territorios que las más grandes
multinacionales anhelan explotar (sobre todo la Repsol). Hoy los mapuches
se encuentran en la primera línea de este conflicto.
¿Tienes en mente otro proyecto
de documental para el futuro?
No, por ahora con el de los mapuches tenemos bastante para hacer.
|
|