Narrativa hispánica
UN EPISODIO EN LA VIDA DEL PINTOR VIAJERO
César Aira
Mondadori
Barcelona, 2005
108 págs., 16.50 €
Entre las múltiples dificultades del oficio de escritor (la ausencia o exceso de talento, los editores, el hambre o la vida) y después de la temible y capitaneada página en blanco (usada en demasía como vergonzoso enmascaramiento de la pereza) existe el único verdadero peligro de la escritura: la intratable, inmanejable realidad. César Aira (Argentina, 1949) en Un episodio en la vida del pintor viajero retoma con el paisajista alemán Johan Moritz Rugendas la reflexión en torno a la realidad y sus sucedáneos, cuestión que desarrolló previamente en su ensayo La nueva escritura. Lejos de buscar la adecuación pacífica o la cuerda separación entre realidad y ficción (arte), Aira reafirma el abismo de espanto que media entre ambos extremos y el temible lugar donde pueden llegar a encontrarse. Ni a Rugendas ni a Aira les interesa lo verosímil, en cuanto significa censura y limitación de lo posible, sino los procedimientos de construcción de lo real en el lenguaje artístico.
En su viaje desde Mendoza a Buenos Aires, Rugendas, acompañado por su fiel amigo Robert Krause, cruza la pampa a la búsqueda de una visión capaz de desafiar su lápiz. El viejo que le acompaña habla de una llanura más lisa que el llano, sin relieves y pulida por una plaga de langostas que ha carcomido cualquier atisbo de vida. Durante la travesía, los sucesos adquieren las delirantes proporciones de una tragedia bíblica. El pintor consigue la revelación y ve lo que se resiste a la representación: el agujero negro donde se borra cualquier dicotomía y el cuerpo puede volatilizarse en millones de átomos y liberarse del infinito resquebrajamiento entre realidad y percepción. Pero para ello Rugendas paga un precio altísimo. La tormenta eléctrica y el rayo que le desfigura el rostro son trasuntos de la luz divina que ciega o enloquece a los temerarios. Tras el accidente, Rugendas estará un poco más allá de los hombres, como Moisés al bajar del Sinaí. Terrible legado esa ventaja, pues le impide mirar sin el filtro de las drogas que le calman el dolor o de la mantilla que esconde el horror de su rostro. Convertido a la fuerza en profeta o místico, el pintor percibe a través de la tremenda lucidez de su mirada el mundo desnudo de interpretación: puro signo.
Un episodio... debería leerse con la concentración minuciosa de quien quiere desentrañar los trazos de finísimo pincel de un cuadro. El dibujo laborioso de cada escena y la concatenación mágica y perfecta de las palabras envuelven una historia mínima a nivel anecdótico pero de una lacerante agudeza en su contenido. Lo interesante –como en los grandes iluminadores o miniaturistas de la Edad Media– está no en el tamaño o la grandilocuencia, sino en la exquisita curva de sus pliegues y las esmeradas curvas de sus contornos.
ADRIANA CASTELLARNAU
EL PEZ EN EL AGUA
Mario Vargas Llosa
Alfaguara
Madrid, 2005
618 págs., 21.50 €
Vargas Llosa es un caballero hasta cuando mira al pasado. Lo que podría haber sido un cruel ajuste de cuentas con sus rivales políticos y con su propio padre, se convierte en un aseado y crítico recuento de incidencias vitales. Dos son los planos biográficos de este volumen, que ahora se reedita sin el subtítulo de “Memorias” que llevaba la primera edición. Por un lado, la narración de los años “peruanos” del escritor, y, por otro, el relato de la contienda electoral que le postuló en 1990 como candidato a la presidencia de su país. El primero llega hasta su marcha a Europa, y no se cuenta entre los más audaces que nos ha dado la escritura memorialística. Detallista, a veces ramplón, Vargas Llosa hace un ejercicio documental de dicho periodo, sin aportar reflexiones sobre estos años ni extenderse en otras consideraciones que pudieran enriquecer un material que ya se nos ha ofrecido –aunque transformado– en sus novelas.
Lo segundo, a priori, interesa más. Aunque no hay ahondamiento en las ideas políticas y económicas que manejó en su contienda electoral sino sólo una exposición de cómo se desarrolló la misma leer cómo Vargas antepuso su honestidad intelectual en su brega en las fangosas arenas de la política constituye un ejemplo de cómo deberían conducirse las personas que gestionan lo público. El escritor reconoce en varios momentos su ingenuidad, y también hace autocrítica de la coalición que encabezó. Loable empresa, ya decimos. Otra cosa es la vigencia del relato. Es evidente que Vargas lo redactó al poco de su derrota, para dejar memoria de lo ocurrido, para agradecer el apoyo de amigos y allegados, y para dar su verdad. El tiempo ha pasado, haciendo caducar la actualidad de algunos de los nombres –no el de Fujimori, por cierto– y peripecias que aquí aparecen. Por mucho que el texto constituya un importante documento para la historia y la política peruana, fuera de este contexto pierde parte de su fuerza.
La crítica al total de la obra viene del lado de la estructura. Tal y como ocurre con sus libros fallidos, hay que preguntarse si una excesiva planificación no acaba ahogando El pez en el agua, haciéndolo previsible y maniatando su desarrollo. Vargas Llosa conoce como nadie cómo se construye un artefacto literario, pero igual que le sucede, por ejemplo, en La Tía Julia y el escribidor, la excesiva fidelidad a su aparato organizativo acaba dejando demasiado visibles sus engranajes. Texto menor del genio peruano, ocupa un puesto secundario en su impresionante legado.
ROBERTO VALENCIA
LOS DOLIENTES
Jacobo Sefamí
Plaza y Janés
México, 2004
259 págs.
La víspera de Rosh HaShana (El Año Nuevo judío), que en el año 1996 coincide con la víspera de Shabat, muere el padre de una numerosa familia judía, de origen sirio, hace años asentada en México D. F. Aunque esperado, puesto que durante los dos últimos años se le había agravado el enfisema pulmonar que padecía, el acontecimiento conmueve a todos los familiares. A los próximos, hijos y esposa, y a los más lejanos, primos, hermanos y parientes, así como a otros miembros de la comunidad judía, una de las más antiguas de la capital mexicana, a la que pertenecía el fallecido.
La muerte del ser querido, a la que siguen varios días de duelo que, casualmente terminará el día de Yom Kipur (Día del Perdón), uno de los momentos más importantes de la religión judía, supone el desencadenante de los recuerdos de infancia y de juventud, del tiempo pasado, de aquellos momentos en que cada uno de los dolientes, y en particular los hijos, mantuvo una relación especial con él. Pero también del encuentro con los rituales de duelo judíos: desde la forma de colocar el cadáver en la sepultura hasta los preceptos relacionados con la prohibición de experimentar alegrías o placeres en los días siguientes, el rasgado de las camisas, las visitas de familiares y la dieta particular que deben observar los avelim.
Narrada en primera persona del plural –en un nosotros, el de los hijos, que, en función del protagonista de cada historia, adopta distintos puntos de vista–, la novela se desarrolla a lo largo de diez capítulos de igual estructura, que se corresponden con los días de duelo y con los diez días que van desde Rosh HaShana a Yom Kipur. Cada capítulo es introducido por citas sobre los rituales a seguir durante el duelo judío o sobre la preparación para el Yom Kipur, que sirven de orientación para el lector no judío. A continuación, Jacobo Sefamí dirige la narración hacia situaciones en las que se mezclan el presente y el pasado de los dolientes en su relación con el fallecido. El padre, el esposo, el hermano, el amigo ausente vive en los labios de quienes hablan de él, de quienes lo recuerdan y, a través de él, la familia y la comunidad a la que estuvo vinculado. Evocación de momentos gratos y no tan gratos, de discusiones y reconciliaciones, de atracciones y desencuentros. Pero también del peligro de desintegración de la familia y de la desaparición de la forma de vida que representaba el padre. En Los dolientes, Jacobo Sefamí construye una emotiva aproximación a la convulsión interna (individual y comunitaria) que significa la muerte de un ser querido. Lástima que la novela quede limitada por un detallismo excesivo y unos referentes demasiado domésticos.
LEAH BONNÍN
CASO KAREN
José Ángel Mañas
Destino
Madrid, 2005
226 págs.,17 €
Estamos ante el renacer de uno de esos escritores tocados prematuramente por el halo de la fama y el glamour. Porque si algo tiene que agradecerle José Ángel Mañas, y también aborrecer, a la literatura, es que esta se le presentara en forma de premio sucedáneo cuando aún le faltaban no pocos años y lecturas a su formación como escritor. De ahí que su oficioso Premio Nadal con Historias del Kronen terminara en un voluntario exilio en lo personal y en lo literario, plagado de escasos parabienes y refrendado con demoledoras críticas a sus posteriores obras.
Ahora vuelve José Ángel Mañas con Caso Karen presentando una de esas historias de autor, es decir, una novela sobre escritores tocados por la fama, sobre el atractivo de la misma y sobre el trágico fin de quien o quienes están abocados a ella. Todo muy, muy autobiográfico. Y todo es o parece muy autobiográfico porque no podemos sustraernos a la impresión de encontrarnos con los mismos personajes de Historias del Kronen, algo más creciditos, eso sí, que ya no juegan a colgarse de las barandillas de los puentes en la M-30, sino que ahora lo hacen a esnifar cuanto polvo blanco se encuentran sobre las mesas mientras cierran tratos de muchos millones. (La propia sonoridad del título de la novela invita a establecer dicho paralelismo.) Ahora son escritores, editores, periodistas, profesores..., y casi siempre perdedores, aunque ellos no lo sepan. Y lo que podría haber sido una mejor novela, se enreda innecesariamente intentado esclarecer la muerte-suicidio-asesinato de Karen, escritora de éxito rápido que recuerda demasiado a la propia vida del autor, o a las de tantas jóvenes promesas de la nueva narrativa española. Y es que en esta ocasión, y fiel al esquema de relato negro en el que el cadáver aparece en las primeras páginas, la pareja de policías protagonista y encargada de solucionar el caso, Pacheco y Duarte, se enreda en una sucesión de entrevistas a todas aquellas personas que tuvieron algún tipo de relación con la fallecida, dando lugar con ello a una obra coral de aire experimental pero que se pierde en su propia confusión y a la que le sobran no pocos capítulos. Uno de ellos especialmente curioso, y diría que hasta desafortunado, es el 10, por cuanto Mañas se enzarza en un absurdo y pueril intento por parodiar la crítica literaria reduciéndola a una mera fórmula matemática. En definitiva Mañas aún no ha alcanzado ese grado de madurez literaria que se le debe exigir a alguien que pretende, cuando menos, escribir novelas sin fecha de caducidad, lo que dice mucho a su favor.
LUIS GARCÍA
Narrativa Extranjera
LA MIRADA DE KRISHNA
Sunny Singh
Trad. de Ismael Attrache
El Cobre
Barcelona, 2005
343 págs., 25 €
En su primera novela, El libro de suicidios de la abuelita (2000), Sunny Singh presentaba la historia de un fracaso amoroso en clave macabra, jugando con la cultura guerrera de los sijs y los ritos mortuorios mexicanos. En la segunda, La mirada de Krishna, persiste en las decepciones sentimentales y conserva la figura tutelar de la abuela. En esta ocasión, sin embargo, el escenario –físico, ideolólogico– es completamente distinto. Singh adopta una posición controvertida: la defensa de un ultranacionalismo indio que persigue superar las imposiciones culturales de Occidente. Como arma de batalla escoge el sati, prohibido desde la época colonial, y entendido aquí como el derecho de la esposa a inmolarse en la pira funeraria de su cónyuge.
Como estrategia, opta por plantear el tema en forma de debate interior. La protagonista, Krishna, acaba de regresar a la India desde los Estados Unidos. Su abuela, fallecida meses antes, le encargó que filmara los preparativos para el suicidio ritual de una pariente. Las conversaciones con esta mujer, las enseñanzas de la abuela, la ayudan a reconciliarse con sus raíces. Respecto al sati, concluye que su práctica se debe a una cuestión de lealtad, de obediencia al dharma, y no a un romanticismo mal entendido. Distingue entre una noción del amor ligada a la familia y la tradición y otra basada en un individualismo hedonista, que causó su reciente ruptura.
La posición que adopta Sunny Singh no es en realidad tan extraña, aun viniendo de una mujer. Es conservadora; si se quiere, nostálgica. Sin embargo, no resistiría una crítica feminista en los términos en que está planteada. Proporciona una información parcial y sesgada sobre la práctica del sati, y, en general, sobre la situación de la mujer en la India.
No obstante, en La mirada de Krishna el problema no son tanto las posibles reservas ideológicas que se puedan tener, como el exceso verbal, la redundancia constante, los lugares comunes, y un sentimentalismo indigesto que no estaba presente en El libro de suicidios de la abuelita. Esta era una novela audaz y brillante. El estilo era contenido, más cercano a Juan Rulfo que a Isabel Allende. La mirada de Krishna da un giro en sentido contrario y aparece como un folletín de visos panfletarios.
MAGDA COSTA VALLÉS
BUDAPEST
Chico Buarque
Trad. de Mario Merlino
Salamandra
Barcelona, 2005
159 págs., 12€
Debería estar prohibido burlarse de quien se aventura en una lengua extranjera”. Así comienza Budapest, la nueva novela del icono popular y compositor brasileño Chico Buarque, brillante y seductora desde la primera línea. La capital húngara se convierte un poco al azar –en recuerdo de una antigua novia de Buarque– en uno de los dos polos de esta historia, pensada inicialmente en un país inventado con un idioma inventado. También por azar llega Budapest a ser el destino de José Costa, autor anónimo profesional o negro –el que escribe en las sombras para que bajo el foco firmen otros–, que no sólo se aventura en una lengua extranjera sino en toda una vida como extranjero. La casualidad en forma de avión amenazado de bomba deja tirado al protagonista en Budapest, donde queda seducido por la lengua magiar, según la tradición, la única que el diablo respeta. Esta pasión, por la lengua en general y por el húngaro en particular, lo guiará mediante impulsos primero hasta la destrucción de su vida en Brasil para crear otra paralela en Budapest, y segundo, hasta la aniquilación de sí mismo, empezando por su nombre.
En una prosa cuidadosamente elaborada pero sin excesos, Buarque crea una trama de muñecas rusas –un libro que habla de libros– y de un espejo que refleja otro espejo. Suficientemente compleja como para dejar al lector aturdido en algunos instantes y recuperarlo poco después, una de las claves de esta novela es su equilibrio, tanto en lo expresivo como en lo narrativo. Intensa aunque breve, inteligente pero accesible, incluso la relación entre literatura o lengua y vida, núcleo de la historia, está equilibrada en lo estructural a partes iguales, aunque esto no se traduzca del mismo modo en lo argumental. Porque la única desmesura de Budapest está en las decisiones que llevan a José Costa a convertirse en Zsoze Kósta, sin duda conducido por una pasión irrefrenable que lo supera. La literatura vence a la vida del mismo modo que, pese a los intentos del protagonista por dominar la palabra es la palabra la que lo domina a él: como cuando redacta un best-seller titulado El ginógrafo o cuando al intentar hacer prosa en húngaro le salen versos. En Budapest el autor anónimo José Costa vende su alma al diablo para aventurarse en la lengua magiar. El precio, convertirse en el laureado Zsoze Kósta.
MARTA SALICRÚ
SÁBADO
Ian McEwan
Trad. de Jaime Zulaika
Anagrama
Barcelona, 2005
336 págs., 18 €
Hoy Alemania ha declarado la guerra a Rusia. Por la tarde fui a nadar.” Esta célebre cita de los Diarios de Franz Kafka le viene al pelo a la última novela de Ian McEwan. En ambas se ensaya una manera de vincular el devenir personal con el devenir histórico. El argumento se desarrolla durante el 15 de febrero de 2003 que delimita el título. Lo histórico cobra cuerpo en las manifestaciones multitudinarias contra la inminente guerra de Irak. El protagonista, Henry Perowne, es un neurocirujano de vida tranquila, familiar y feliz que a lo largo de su jornada de descanso se interroga por la deriva que el mundo sufre tras el 11-S. Un incidente fortuito con un delincuente hará que su propia vida personal organizada sobre la base de unos principios de sensatez y orden dé un vuelco.
El arranque de Sábado es escarpado, lejos quedan aquí las majestuosas escenas de apertura de Amor perdurable y Expiación; ofrece mucho monólogo interior y un Perowne atenazado por las dudas y falto de respuestas. Bajo este mismo síndrome también parece haber escrito McEwan esta novela: la necesidad angustiosa de devolver la pelota que los aviones del 11-S lanzaron al mundo. Es según esta voluntad de entender un presente “de desconcierto y de miedo” que cabe calificar Sábado como una novela de debate de ideas. En ella se ponen en cuestión las herramientas científicas, políticas, religiosas o culturales, que hasta ahora habían ayudado a comprender el mundo. McEwan mantiene los interrogantes abiertos pero huyen de toda complacencia al dar mucha importancia al sentimiento de culpabilidad. Dicha culpabilidad, muy presente ya en Expiación, juega un papel preponderante en su visión del mundo. Donde el escritor británico no está a la altura es al relacionar el desarrollo de la trama con el marco histórico en que transcurre. Ambos ámbitos no logran complementarse bien. La peripecia de Perowne no deja de ser un cuento corto alargado, con personajes algo maniqueos y trufado de excursus, al que el marco histórico en el que se inscribe debería elevar y dar un sentido más sólido, pero circulan por carriles diferentes.
McEwan sigue manteniendo un dominio absoluto del ritmo de la prosa, que enfría con constantes ironías o ralentiza hasta la exasperación en una larguísima partida de squash. Una novedad, al modo de la serie televisiva Nip/Tuck, es la excesiva documentación médica, que alcanza niveles obscenos de exhibición. En conclusión, una novela que los lectores no nos podemos ahorrar tranquilamente ya que nos interpela de una manera muy directa, incluso para ser conscientes de por qué estamos algo en desacuerdo con ella, y cuya ambición por encarar ciertas cuestiones actuales espinosas no es baladí.
QUIM PÉREZ
EL HOMBRE LENTO
J. M. Coetzee
Trad. de Javier Calvo
Mondadori
Barcelona, 2005
259 págs., 17 €
Al final, resulta que una vida es la historia de un naufragio. Lo más importante es aprender cómo agarrarse a la tabla de salvación sin mostrar vanidad ni autocompasión. Este es el tema de la nueva novela de Coetzee. Y para enfrentar al protagonista a su situación, acelera el proceso de envejecimiento, le hace ser víctima de un accidente, cuando marchaba en bicicleta. Esta confrontación con el mundo nuevo tiene como consecuencia la amputación de una pierna. Y así, un hombre de sesenta años, a quien se le deberían de ir apagando las energías de vida poco a poco, se encuentra transformado en un inválido.
A partir de aquí, el relato se convierte en la descripción de una extraña depresión: el protagonista ha dejado de ser dueño de lo que entra y sale en su vida, y establece una complicadísima relación con la gente y consigo mismo. De ahí esa farragosa confusión emocional que le lleva a enamorarse, en términos platónicos y pasionales, de su enfermera croata. De ahí su decisión de convertirse en benefactor de la familia de la mujer, pues no reconoce entre sus posibilidades otra estrategia de conquista posible. El hombre solitario, que lamenta no haber tenido hijos cuando se siente débil, se extraña de convivir con quienes le ayudan. Cualquier postura, tanto suya como de los demás, incluida la escritora Elizabeth Costello, cuya aparición nada entre lo metaliterario y una conciencia especular de pensamiento disidente, es una postura incómoda. Cuando el protagonista se pregunta qué es la vida, lo que hace es ocultar la cuestión de por qué es la vida. Y será Costello quien le enfrente a su existencia con intención de que reconozca su derrota a manos del destino, a la vez que le espolea a vivir una vida que merezca la pena ser narrada.
Coetzee recurre al presente verbal para eludir los sermones; nada hay dispuesto para recordarnos cuáles son nuestros pecados. Los sucesos, los diálogos, son algo que le está ocurriendo al lector en el instante que lee, de manera que si pretende extraer alguna conclusión moral, debe hacerlo independientemente del texto. Esta autonomía narrativa será la que irá abriendo llagas referidas tanto al pasado –øqué es lo que de verdad debería haberme importado mientras vivía?–, como al futuro –øexiste una manera digna de no ser indiferente a lo que vendrá?–. Y estas dudas surgen ante la sorpresa que es encontrarse de nuevo con la gente, con unas personas que no cesan de desconcentrarle. Además, el protagonista, el hombre lento, habita en una gran ciudad, donde nadie conoce a nadie, de ahí la necesidad de la presencia de la Costello, de una omnipotencia limitadísima, capaz de aglutinar a los seres que le interesan a Coetzee en esta excelente novela sobre la vejez y sobre el miedo.
RICARDO MARTÍNEZ LLORCA
Narrativa catalana
MISTANA
Núria Perpinyà
Proa
Barcelona, 2005
págs., 15.38 €
Después de Un buen error (1998) y Una casa per compondre (2001), ambas publicadas por Empúries, la escritora leridana nos presenta una obra que se desvía de la tendencia realista y que destaca por su originalidad dentro del panorama actual de narrativa catalana.
Mistana es un pequeño pueblo inventado en el que se da un fenómeno metereológico muy extraño: una niebla feroz que aumenta y que no deja respirar a sus habitantes. A Mistana llega un día Simbert, un joven meteorólogo afectado de la vista, para estudiar las características de este clima tan singular y la relación de sus habitantes con el paisaje. Al inicio de la obra, Mistana se nos presenta como un cronotopo aislado del universo, fantástico, simbólico y hasta mágico. Pero a medida que la obra avanza, el pueblo y sus habitantes nos muestran su cara más primitiva y monstruosa. La novela entra en ese momento dentro de un torbellino operístico que recoge el espítiru de la tragedia desde todos sus ángulos, en los que la niebla, la locura y la fatalidad se convierten en protagonistas. Simbert va a dejar de ser víctima de una situación asfixiante para pasar a ser también culpable. Mistana es dictadura y anarquía reinadas por el absurdo de unos personajes excéntricos y egoístas que van a buscar el sexo como único desahogo a su situación. Los personajes extravagantes del inicio de la obra han pasado a ser Edipos y Electras conocedores de la imposibilidad de resolución del conflicto. La niebla de Mistana les ha revelado persistentemente su miseria, los ha depasado y los va a destruir.
Perpinyà ha reelaborado los mitos clásicos para crear una novela trágica que está muy en la línea de la narrativa de la fatalidad entendida por Malraux o García Márquez. El lenguaje de la obra combina experimentación, dureza y alta capacidad lírica para conseguir expresar lo demente y enfermizo de la obra. Quizás por esto, y aunque el principio de la novela es sorprendente, Mistana adolece de altibajos y requiere una lectura a pasos lentos. Aún así, cabe destacar la fuerza con que Perpinyà ha tocado lo trágico y el hecho que haya conseguido crear una mezcla de fantasía y transgresión tan necesarios para la literatura catalana.
ESTER PINO ESTIVILL
Poesía
EN LA PLENITUD DEL TIEMPO
Charles Tomlinson
Trad. de Jordi Doce
DVD
Barcelona, 2005
269 págs., 13.80 €
Charles Tomlinson, uno de los poetas británicos más importantes de hoy en día, comenzó a escribir en un momento complicado para la poesía en lengua inglesa tras la profunda huella dejada por T. S. Eliot a inicios del siglo xx y el silencio de la generación de W. H. Auden. A mediados del siglo xx, los autores noveles se encontraban con dos tradiciones muy poderosas, la romántica y la vanguardista, que podían tanto obstaculizar como propulsar la nueva poesía. En ese contexto, la grandeza de los maestros podía conducir al silencio o a la emulación. Tomlinson decide entonces conjugar ambas vertientes, o lo que es lo mismo, aprende de la gran tradición anglo-norteamericana desarrollada a partir del siglo xix, aunque se fijará de manera especial en los poetas americanos de la primera mitad del siglo xx, en parte motivado por el silencio de la generación británica de los años 30. Así, entra en contacto con algunas de las poéticas más interesantes y renovadoras a nivel mundial, como las de S. T. Coleridge y William Wordsworth, William Carlos Williams, Wallace Stevens y Marianne Moore. De ahí también la amistad y la confluencia estética con poetas en lengua española como Octavio Paz.
La antología que ofrece DVD al lector en edición biling¸e, es una muestra bastante completa del quehacer de Tomlinson a lo largo de las décadas e incluye algunos textos inéditos. Podemos apreciar la importancia que la mirada tiene en su obra ya en el primer poema, “Estética”, y su énfasis en la búsqueda de la realidad que vertebra toda su escritura: la naturaleza, la pintura –extraordinarios, los poemas sobre Van Gogh y Cézanne–, el espacio, la luz, o la reflexión poética son la materia de los poemas.
La traducción, a cargo de Jordi Doce, es excelente y traspone el ritmo y la sonoridad británica al español en moldes no desconocidos al lector. En el fondo, al traducirlo lo remite a una cierta corriente de poesía en español en la que, quiero creer, Tomlinson no se sentiría un extraño; corriente que pasa por Octavio Paz, José Ángel Valente o Andrés Sánchez Robayna. Completa la edición una sustanciosa introducción en que exponen las claves de Tomlinson y su relación con España.
SANTIAGO RODRÍGUEZ GUERRERO-STRECHAN
Ensayo
MERLEAU-PONTY. UNA APROXIMACIÓN A SU PENSAMIENTO
Josep Maria Bech
Anthropos
Barcelona, 2005
320 págs., 18 €
El libro del profesor Josep Maria Bech se ocupa del pensamiento de un filosófo no especialmente conocido en nuestro país, pero cuya obra ha ido siendo investigada con creciente interés en los últimos años. El estudio que realiza aquí Bech posee el doble mérito de contribuir a la divulgación de este trascendental pensador francés y hacerlo con un grado de exhaustividad y rigor que sin duda convertirá esta aproximación en un referente bibliográfico, dado que permite la dilucidación de aspectos que el incipiente interés por este pensador había mantenido sujetos a interpretaciones a menudo poco solventes.
Aunque resulta imposible dar cuenta aquí del alcance del pensamiento merleau-pontiano contenido en la obra de Bech, la líneas mayores de su pensamiento estarían relacionadas con la necesidad de una “redescripción” radical de la idea de conocimiento, repensando la experiencia del mundo vivido mediante un análisis innovador del nivel de la sensibilidad. Este análisis debe poder investigar la genealogía del sentido, esto es, de cómo se presenta el mundo ante nosotros a partir de los procesos perceptivos. Merleau-Ponty habla de una “generalidad preconceptual” o “estilo del mundo” por el que se nos revela la diferencia cualitativa en la forma de aparecérsenos el mundo, diferencia que sólo es transmisible por medios indirectos e implícitos. Los estratos originarios de la realidad suponen un nivel de experiencia previo a cualquier concepción teórica. El objetivo de este pensador es que la dimensión prerreflexiva de la experiencia culmine por medio de la reflexión filosófica su proceso de autoconciencia y de autoexpresión, de ahí el amplio espectro de intereses en que se apoya esta convicción acerca de las posibilidades de la indagación filosófica; estudio del lenguaje y la expresión –literaria y pictórica fundamentalmente– el cuerpo propio y los otros seres humanos. Bech expone muy claramente las razones por las que cabe considerar a Merleau-Ponty como superador de muchas de las viejas dicotomías filosóficas, como la de sujeto-objeto, por citar la más conocida, y qué nuevos caminos de interpretación dejó abiertos este pensador, que tras la lectura de la obra de Bech aparecerá sin duda como un eslabón esencial en la transformación del pensamiento filosófico contemporáneo.
RAMÓN SURROCA
EL SUDARIO DE LA VERÓNICA. PASEOS POR LOS MUSEOS DE EUROPA
László F. Fˆlsdényi
Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores
Barcelona, 2005
219 págs., 16.50 €
Diez años de tránsito por algunos de los más relevantes museos europeos. “Un diálogo incesante entre el pasado y el presente, entre Oriente y Occidente, entre lo visible y lo invisible.” El crítico húngaro László F. Fˆldényi (1952), condenado a la melancolía de aprehender la invisibilidad del hecho artístico, se pasea libreta en mano por exposiciones, eventos y obras; el Louvre, el Museo Arqueológico de Madrid, la Colección Thyssen-Bornemisza, la Fundació Antoni Tàpies, Castelvecchio en Verona, National Gallery en Londres, el Kuntshistorisches Museum de Viena, Rótterdam, La Haya, D¸sseldorf, Berlín.
Este es una vindicación ponderada de la caminata por las formas múltiples de la belleza. Tan bello es el cuerpo proyectado hacia la plástica de un accionista vienés, Hermann Nitsch, Otto Muehl, G¸nter Brus, como lo son las pinturas de Zurbarán, Durero, Malévich o Marlene Dumas. La sensualidad del arte artístico frente a los anhelos de trascendencia del artista, la pesadumbre enfrentada a la impecabilidad, el reconforte contra el desconcierto. Un ejercicio pulcro como la charla de un viejo profesor que hizo suyos los postulados de Wˆlfflin y sabe combinarlos con la dosis necesaria de transversalidad y eclecticismo para aparecer postmoderno (las glosas que salpican incesantemente el texto principal se me antojan expresión máxima del intento desesperado por parecer post). Fˆldényi aburre, pues se resigna al desánimo ¿Acaso no es posible reírse a carcajadas ni una sola vez dentro de un museo? ¿No es viable la ironía sutil o el análisis descarnado? “En la relación entre lo visible y lo invisible (…), lo misterioso e inasible es que, al contemplar un cuadro, existe algo que no veo a pesar de verlo todo. Y cuando una obra es impecable y perfecta, no soy yo quien busca lo invisible latente, sino que lo invisible me ‘busca’ a mí”. Una vez dicha la indecibilidad del Arte, por qué quedarse en el desaliento.
LLUIS ALABERN
Cine
HOWARD HAWKS
Francisco Perales
Cátedra
Madrid, 2005
326 págs., 10.48 €
Es justo afirmar que el libro de Francisco Perales Howard Hawks resulta ser una detallada y rigurosa monografía sobre el genial director norteamericano. Su trabajo analiza y organiza la rica filmografía hawksiana con un despliegue monumental de detalles y con referencias continuas a otros críticos, consolidando así un discurso fuertemente didáctico y mostrando un descomunal dominio de la materia. Todos los títulos posibles de la filmografía de Hawks aparecen, en un momento u otro, retratados para dar imagen o ejemplo a las teorías expuestas. Así, en esta línea destaca el cuarto capítulo, dedicado a los personajes de su obra, por la acertada estructura y por la profundidad y relevancia de su análisis: las características individuales y sociales que se desprenden de la obra hawksiana quedan perfectamente perfiladas en el que es el ensayo más interesante del libro.
Sin embargo, es justo afirmar también que el trabajo de Perales carece, en última instancia, de una voz propia que marque un carácter a la narración. Perdido en el marasmo que provocan las múltiples referencias a películas, a críticos, a entrevistas y a prejuicios propios y ajenos, sus textos resultan poco más que frías estanterías en las que descansan la erudición y el detalle pero en las que se echa de menos la voz del crítico de carne y hueso. El rigor se mezcla así con el sopor, y la lectura del libro resulta una actividad productiva pero, en mayor medida, pesada y distante.
Y eso teniendo en cuenta que el grueso de la obra no va más allá de la página 150, porque de ahí hasta el final (326 páginas en total) el tomo se completa con una turbo-filmografía que apenas dedica un irrisorio comentario a cada título y que, además, tampoco ofrece una galería de imágenes digna de otros adjetivos que no sean pobre y descuidada.
No hay casi nada en él que no se haya dicho ya, a no ser la sibilina exhortación a no ver, en las continuas autorreferencias que Hawks se hacía en su propia obra, un comportamiento egocéntrico. En palabras del propio Perales “lo que sucede es que cuando algo le gusta lo vuelve a utilizar, tanto si procede de una idea propia como si no”. Importantísimo avance este para comprender el trabajo de un cineasta enorme y complejo como Howard Hawks.
FRANCISCO PÁEZ
Dos Lolitas literarias
EL AROMA DE TU ALIENTO
Melissa P.
Trad. de Egon Ipsen
Poliedro. Barcelona, 2005
126 págs., 12 €
ABRÁZAME
Alicia Erian
Trad. de Teresa Campodron A.
Lumen. Barcelona, 2005
414 págs., 19 €
Lejos quedaron los años en los que a alguien escandalizaban los retozos púberes de la joven Lolita en la magistral obra navokobiana, y lejos quedaron también escenas noventeras de films como Kids o Eyes Wide Shut, que a muchos se nos fijaron a fuego en la retina. El lírico arquetipo de la nínfula se desdibuja por obvio en la era del turismo sexual infantil y la degradación última. Sin embargo, muchos creadores y editores siguen explotando el filón con mayor o menor fortuna. Dos ejemplos, El aroma de tu aliento de Melissa P. y Abrázame de Alicia Erian.
Por mucho que queramos mantenernos fieles al bando de los que defienden la incorruptibilidad literaria por encima de todas las cosas, hay ocasiones en las que uno no puede hacer más que rendirse a la evidencia: El aroma de tu aliento, de Melissa P., no es una novela tan mala como muchos podíamos augurar. Se trata de un libro sencillo y breve, resuelto desde el recurso de la confesión íntima y desgarrada de una post-adolescente obsesiva y lunática que no encuentra otra forma de hacernos llegar su veneno que en forma de frases cortas, párrafos breves y abruptos, como balidos de oveja loca y despeinada. La cosa surte efecto por momentos y uno se sorprende pensando que quizás, después de la resaca de Los cien golpes (Poliedro, 2004), y con mucho cuidado y esmero, esta joven narradora pueda llegar a desprenderse de la máscara de maldita que los editores le han cincelado a medida para convertirse en lo que suponemos soñaba arrobada desde niña: una escritora maldita, o menos maldita, pero de verdad. En esta nueva entrega, menos sexo de artificio –o no– y más víscera y reflexión. Melissa P. se nos presenta frágil y descorazonada de nuevo, cínica y naÔve a un tiempo, en un retrato verosímil que no peca de afectado aunque sí de poco elaborado, trabajado y sencillo, a medio camino entre las connotaciones positivas y negativas que este adjetivo acarrea.
Por senderos tangencialmente conectados con la obra de Melissa P. transita la novela de Alicia Erian, Abrázame. Desde la voz de Jasira, una niña de trece años hija de padre árabe y madre irlandesa, se de-senmaraña una trama psicológica que descansa sobre los pilares del descubrimiento accidental de la sexualidad y el horror del suburbio americano de clase media. Podría calificarse de novela erótica si considerásemos que los escarceos sexuales de una niña pudieran resultar excitantes, pues lo cierto es que la novela es explícita y mucho, pero la obra va bastante más allá. Aunque en ocasiones se deje contaminar por la vaga moral del americano medio al que pretende denunciar, Erian se desenvuelve con soltura y consigue su cometido, acercarnos al infierno emocional de una adolescente abusada y confundida que no deja de sentirse culpable por cada uno de los excesos perpetrados por los adultos que la rodean. El resultado es un tapiz desolador de lo que supone crecer y perder la inocencia en un mundo globalizado, bienpensante, idiotizado y cruel. No en vano, Allan Ball, guionista de American Beauty, ya se ha hecho con los derechos del libro para su adaptación cinematográfica.
Dos novelas que se tocan por las puntas sin llegar a alcanzarse y que dan testimonio de una inquietud que sigue todavía muy viva; la de la aproximación al despuntar sexual en la pubertad bajo la mirada sojuzgadora de una sociedad que castiga la libertad y el desarrollo individual. Al lector le queda la ardua tarea de juzgar estos dos artefactos como engranajes de ese mismo mecanismo o como voces que intentan decirnos algo, quizás no nuevo, pero sí de forma distinta.
ANA SERRANO PAREJA
Colecciones
Filosofía
MEDITACIONES METAFÍSICAS.
René Descartes
Trad. de Vidal Peña
KRK, Barcelona, 2005
1018 págs., 45 €
DÉDALO E ÍCARO
John B. S. Haldane y Bertrand Russell
Trad. de Juan Á. Canal y M.ª Teresa Rodríguez
KRK, Barcelona, 2005
138 págs., 20 €
La recién nacida editorial KRK recupera, en su colección “Pensamiento”, dos textos importantes de la filosofía moderna y contemporánea. El primer título son las Meditaciones metafísicas de René Descartes, texto metafísico clave para entender el giro hacia la subjetividad de la filosofía occidental. Su famoso planteamiento Cogito ergo sum recorre gran parte de sus páginas en una edición que incluye índice onomástico y conceptual.
El segundo título recoge las optimistas reflexiones de John B. S. Haldane acerca de la ciencia y la tecnología aplicadas a la sociedad que expuso en Dédalo o la ciencia y el futuro (1923). Y a continuación le sigue el ensayo Ícaro o el futuro de la ciencia que Bertrand Russell escribió meses más tarde a modo de pesimista respuesta al ensayo de Haldane.
Política
EL NACIONALISMO (UNA IDEOLOGÍA)
Alfredo Cruz Prados
Tecnos
Madrid, 2005
185 págs., 17 €
LA RAZÓN CONTRA LA FUERZA
Salvador Rus Rufino
Tecnos
Madrid, 2005
286 págs., 17€
La colección “Biblioteca de Historia y Pensamiento Político” nos ofrece dos nuevos tratados de política, que a pesar de abordar épocas distintas, nos plantean filosofías perennes, que aspiran a conservar su validez a lo largo del tiempo y el espacio. Y es que la filosofía (incluida la política) para ser considerada como tal tiene que aspirar a lo eterno.
Por un lado, Alfredo Cruz Prados reflexiona acerca del controvertido tema del nacionalismo, analizando sus orígenes y preguntándose sobre su legitimidad en el ámbito político.
Por otro lado, Salvador Rus Rufino nos habla de la necesidad de construir el Estado sobre las bases de la reflexión y el planteamiento, dejando atrás la cruda praxis; no está de más recuperar al sabio Aristóteles en los tiempos que corren.
Clásicos hispanoamericanos
DIARIOS DE CAMPAÑA
José Martí
Linkgua
Barcelona
51 págs., 4.37 €
EL GAUCHO MARTÍN FIERRO
José Hernández
Linkgua
Barcelona
105 págs., 8 €
Estos dos volúmenes, ambos parte del más importante legado literario hispanoamericano, forman parte de la colección “Diferencias”, de la editorial Linkgua. Lo novedoso de este sello es que visitando su página web (www.linkgua.com) el lector puede acceder a un extenso catálogo de textos raros o periféricos a las grandes obras de autores representativos y ordenar uno o más ejemplares. Es el caso de los libros que presentamos hoy. El primero, una sucesión de apuntes fugaces escritos por el gran poeta cubano José Martí durante la Guerra de Independencia de la isla, echa luces sobre aspectos poco conocidos de la vida del autor y son un importante documento de la convulsa época en que vivió. El segundo, es una de las obras fundacionales de la literatura argentina y es considerado todo un clásico de la épica gaucha.
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