nº 133
ener0 2006
 
 
Debates
 

Hakoah Lischot - Watermarks

Bruno Geller

Dirección, guión y producción: Yaron Zilberman;France , Israel , USA , 2004; Protagonistas: Judith Deutsch-Haspel , Trude Hirschler , Anni Lampl , Hanni Deutsch-Lux, Ann Marie Pisker , Nanne Selinger , Greta Stanton , Elisheva Susz y otros; Fotogr.: Tom Hurwitz; Mú.: Uri Caine; So.: Tully Chen; Ed.: Yuval Shar, Ruben Korenfeld; Prod.: Zadig Productions; Paul Rozenberg, zadigprod@wanadoo.fr; Distrib.: Cinephil, Philippa Kowarsky, info@cinephil.co.il; Formato: 35 mm, 1:1,85, color, b/n; V.O.S.: inglés, alemán, hebreo, 80 min.; www.kino.com/watermarks

En 1909 se fundó el club judío Hakoah Viena como respuesta a la ley austriaca que prohibía el ingreso de atletas judíos a los centros deportivos. Los fundadores de este club popularizaron diversos deportes dentro de la comunidad judía y terminaron transformando a Hakoah Viena en un club que destacó en el escenario deportivo de Europa. Su equipo de futbol soccer ganó la liga nacional austríaca en 1925 y su equipo de nadadoras dominaron en los años 30 los campeonatos nacionales de natación hasta que la brutalidad nazi se instaló en Austria con la complicidad de la mayoría de la población.

Esta película retrata la historia de este equipo de nadadoras campeonas del club deportivo Hakoah Viena. Algunas de ellas fueron invitadas a representar a Austria en los juegos olímpicos de la Alemania nazi en 1936, pero rechazaron la oferta. Tras la anexión de Austria en 1938, los nazis clausuraron el club y las nadadoras lograron escapar del país gracias a una operación organizada por los funcionarios del club Hakoah Viena. El israelí Yaron Zilberman, director de la película, viaja a distintos países para reunirse con estas nadadoras que promedian los ochenta años de edad y las reúne en la antigua piscina de Viena donde solían entrenarse. A través del testimonio de estas campeonas del agua, el espectador es transportado a una historia de memorias de juventud, fuerza y valentía. Este documental, que se vio en Barcelona durante la quinta edición de Docúpolis (www.docupolis.org), cuenta ya con una docena de premios internacionales ya está editado en Dvd.

 

Carmen Amaya: Granizo sobre los cristales

Marcela Restom

Dirección: David Prats. España, 2004; Guión: David Prats; Fotogr.: Roberto Lázaro. Mús.: Carmen Amaya, Diego Amaya, Sabicas, Mairena. Ed.: Roberto Lázaro. Prod.: Juan Pulgar. Formato: Color DVD; V.O.S.: Español/catalán, 43 min. Distrib.: Anola films. Contacto: aguamarga@produccionesaguamarga.com. Forum Universal de las Culturas – Barcelona, 2004. In-Edit Beefeater. Festival Internacional de Cine Documental Musical de Barcelona, 2005. www.in-edit.beefeater.es/

Corría el año 47 cuando la gran Carmen Amaya besó el suelo español a su regreso de una larga gira por las Américas. Tenía la misma expresión que tuvo desde niña, cuando bailaba con los pies descalzos dentro del barro del no asfaltado y ya desaparecido barrio de Somorrostro, actualmente ocupado por el Fórum, y fue precisamente allí donde se estrenó hace un año Carmen Amaya: Granizo sobre los cristales, en el Fórum Universal de las Culturas y que por puro sortilegio pudimos ver en el III Festival dedicado al Cine Documental Musical de Barcelona que organiza IN-EDIT/ Beefeater. Este documental de David Prats es una auténtica golosina para los adeptos del flamenco, pero para los no iniciados es también el encuentro directo con el mito Amaya.

La hija del guitarrista Francisco Amaya, “El Chino”, no es desde luego una figura únicamente vinculada a Barcelona, es el pequeño genio que bailó como una peonza desde su aparición en 1934 en París, cuando Jean Cocteau dijo que su baile era como “granizo sobre los cristales”. En el hotel Waldorf Astoria de Nueva York, su residencia por varios años, todavía se la recuerda con su chaqueta bolera, regalo del presidente Roosevelt, o bien por el olor de los cocidos que hacía su familia, como recuerda su sobrino Diego Amaya, quien da la voz testimonial de este precioso cuento. Tanto las poderosas imágenes de viejas cintas cubanas –que hasta el momento se creían perdidas– , como otras que recorrieron Latinoamérica, resultan la evocación más pura del mito gitano en el cine. En España, Carmen daría vida a La hija de Juan Simón (1935) y María de la O (1936), pero sobre todo es el espíritu de Los Tarantos (1963). En el film, como recuerda su director, Rovira Beleta, era tan poderosa su manera de bailar que todo el equipo se quedaba hipnotizado y no podían cortar las escenas. Leyenda por ser la única que no bailó para Franco, por ser la primera mujer que vistió el traje de hombre para bailar flamenco, autodidacta y temperamental, Carmen Amaya vivirá para siempre por encarnar la magia por los siglos de los siglos.

The Pipeline next door

Anuschka Seifert

Dirección y guión.: Nino Kirtadzé; Francia, Georgia, 2005; con la colaboración artística de Tadzrisi Jenia, Leila Kikvidze, Akaki Bliadze, Ed Johnson, Vasiko Ioramashvili y otros; Fotogr.: Jacek Petrycki; So.: Patrick Boland; Ed.: Isabel Lorente; Mus.: Gio Tsintsadze; Prod.: Roche Productions, roche@rocheproductions.com; Coprod.: Arte France y en asociación con TSR, TSI, YLE, VPRO, TV Slovenia; Distrib.: Doc and Co13, doc@doc-co.com; Formato: Betacam SP/1:1,33/color, 90 min., V.O.S.I.; Premios.: Mejor documental 2005 - European Film Awards , Grand Prix Visions Du Reel y Prix Especial Templeton, Nyon Film Festival, (Suiza) y Award of the Best Project “Voyage/Découverte” Sunny Side of the Doc 2004.


La situación del Valle Borjomi en Georgia es surrealista. Desde que el “dragón gigante” perfora las entrañas de este valle, el desprendimiento de tierras provoca que las casas de los habitantes, agarradas a las faldas de las montañas, bajen lentamente hacia el pie de la misma, y que de la noche a la mañana el excusado exterior de cualquier campesino humilde se desplace al huerto del vecino. “¿Que va ser de nosotros, si el oleoducto comienza a funcionar de verdad? La vibración será tan fuerte, que la montaña caerá y nos triturará”, dice el jefe del pueblo. Y es que este “dragón gigante” desgarra una reserva natural paradisiaca con aguas termales, donde tanto Chejov como Tchaikovsky encontraron su inspiración; Stalin pasó sus vacaciones en Borjomi y hasta familiares del Zar Nicolás aún tienen allí su residencia de verano. Mientras tanto, el globalplayer BP está construyendo el Bakou-Tbilissi-Ceyhan, oleoducto de 1760 km., que atraviesa tres países: Azerbaiyán, Georgia y Turquía, gastándose cinco millones de dólares por un programa de desarrollo para los pueblos vecinos al oleoducto. Más paga BP, más lío hay.

Los habitantes han entendido que mientras más protestan, más dinero se meterán en su bolsillo. “Este trabajo me pone enfermo, acabaré en el hospital”, constata Themur Magradze, el oficial de enlace de BP. “No se puede uno imaginar lo que esta gente es capaz de hacer para obtener beneficios. Si el oleoducto cruza por sus tierras, quieren el máximo de compensación, si el oleoducto las circunvala me gritan, porque no les he traído ninguna mercancía. Ahora están empezando una huelga de hambre. ¿Lo pueden creer?” También plantan posteriormente árboles cerca del oleoducto y denuncian que BP les destruye la joven plantación y afirman que el ruido de las escavadoras provoca ataques de corazón a sus ovejas. Detrás de estas discusiones encontradas hay dos mundos que chocan frontalmente; el resultado: un paraíso terrenal convertido en una instalación de petróleo. Parece inevitable tanto la construcción del “dragón gigante”, como el destrozo del valle con su reserva de agua termal. Una cruel fábula de la dualidad de la civilización que se repite eternamente, tanto que Nino Kitardzé se dedicó a averiguar cómo estos dos mundos coexisten y cuál es el impacto emocional de esta convivencia impuesta.




 

     
   
 
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