FRANCESC X. MIR
1984
Nineteen Eighty-Four (1984)
Michael Radford, director. Con John Hurt, Richard Burton, SuzannaHamilton
MGM
Atípica adaptación cinematográfica del texto orwelliano, 1984 se apoya en el enorme trabajo de sus dos protagonistas masculinos, un histriónico John Hurt en el rol del desdichado Winston Smith y un comedido Richard Burton, en el de O'Brien, implacable ejecutor de la voluntad de un régimen monstruosamente totalitario. Nadie se acordó de Hurt ni de Burton en la edición de los Oscar de aquel año, ni mucho menos del director Michael Radford, cuya irregular carrera tuvo más repercusión puntual en Europa (El cartero y Pablo Neruda) que en los Estados Unidos. Puede reprochársele a Radford un ritmo narrativo algo espeso (sacarle subtramas “hollywoodiables” al texto de Orwell no es tan sencillo), pero hay que reconocerle la habilidad de recrear convincentemente un ambiente de opresivo y asfixiante control político y psicológico que bien podría haber servido de inspiración al modelo de estado que tan enfáticamente defiende nuestro actual líder de la oposición.
La sal de la tierra
Salt of the Earth (1954)
Herbert J. Biberman, director. Con Rosaura Revueltas, Juan Chacón, Will Geer
Sherlock
El brillante estudiante de teatro (en Yale con George Pierce Barker, pero también en la URSS con Meyerhold) y efímero realizador Herbert Biberman ha pasado a la historia contemporánea como triste ejemplo de la eficacia de la intelligentsia macarthista. Denunciado al Comité de Actividades Antiamericanas por el también director Edward Dmytryk y perseguido por su ideología socialista, se vio obligado a rodar su obra maestra La sal de la tierra en la clandestinidad. Involuntario correlato transoceánico de la viscontiniana La terra trema (trabajadores mexicanos de las minas de zinc en lugar de pescadores sicilianos de anchoas), el film podría considerarse paradigma del neorralismo social norteamericano de haber existido alguna vez tal corriente fuera del ámbito estrictamente literario. Para más información recurran a la lectura de Salt of the Earth: The Story of a Film, donde el propio Biberman relataría en 1965 las circunstancias en que se desarrolló el peligroso rodaje.
Engendro mecánico
Demon Seed (1977)
Donald Cammell, director. Con Julie Christie, Fritz Weaver, Gerrit Graham
Warner
Ruego disculpen una vez más mi poco profesional descenso a lo personal, pero no quiero dejar de citar en esta reseña que muy rara vez paso miedo DE VERDAD viendo una película y que una de las escasas ocasiones en que ello ha sucedido fue durante mi primer visionado del único largometraje por el que hoy se recuerda al director Donald Cammell. Enciclopédico ejemplo de film de culto dentro de su género, Engendro mecánico alerta sobre las peligrosas consecuencias de la inteligencia artificial aplicada a la domótica, al narrar la rebelión de un ordenador demasiado sobrado de bits que se rebela contra su programador haciendo un peculiar uso (y abuso) de su novia. El guión adapta con eficacia (y con un entrañable look setentero) la novela homónima de Dean R. Koontz, autor de reconocido prestigio entre los fanáticos de la narrativa de terror.
Fanny y Alexander
Fanny och Alexander (1985)
Igmar Bergman, director. Con Bertil Guve, Pernilla Allwin, Ewa Fröling, Allan Edwall
Cameo
Considerado erróneamente el testamento cinematográfico de Ingmar Bergman –su última producción específicamente concebida para la gran pantalla fue De la vida de las marionetas (1980)–, Fanny y Alexander no es, a pesar de sus flamantes cuatro Oscar, uno de los más perdurables trabajos de la filmografía de su autor. Sirva como eximente el hecho de que el montaje para las salas de cine obligó a recortar 130 de los 312 minutos de la producción original, rodada para la televisión sueca. Por fortuna Cameo edita ambas versiones, de las cuales me inclino por la televisiva (en 4 DVDs), no sólo en razón de la inclusión de la totalidad del metraje, sino también por un impagable extra que no contiene la edición sencilla: el documental Dokument Fanny och Alexander (1986), dirigido por el propio Bergman, una obra de arte en sí mismo.
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